Acto II, Escena III. Tu espalda, todo yo.


Acto II
Escena III
TU ESPALDA, TODO YO
Personajes: Giocondo y Alherí
Giocondo y Alherí están dándose las espaldas. Alherí está hablándole al vacío y Giocondo de vez en cuando se vuelve para enfatizar

Alherí: No intento cambiar nada… Lo que quiero decirte lo tengo desde aquellos juegos (Se queda como recordando)……. En mí (Se apaga).
Jijijijijí (Ríe con ternura y complicidad) los juegos muy cerca de la noche… (Abre ilusionadamente los ojos, brillándole las pupilas, y entonces se queda expectante, como esperando respuesta, mirando hacia lo alto en el vacío).
Giocondo: Pues…. la noche enciende las cabelleras, dándole un tinte más adecuado a los deseos que ya despiertan (Hace saltar su cabellera con las manos)…Ummmmm….El espejo del dormitorio es engañoso: su reflejo es más intenso y de hecho… lo has acondicionado para deslumbrar. (Eleva el índice como determinando)
Alherí: ¡No, no! La luz mortecina de las calles, los postes de alumbrado público y la garúa inocente golpeando. (Disminuyendo, cándidamente)
Giocondo: La luz de los postes es rala… (Con el índice levantado, continúa aleccionado)… En contra de eso sólo vale la exageración y sobretodo antes de entregar tu figura a la transfiguración de los postes de alumbrado. Esa iluminación disminuye… (Frunce la nariz coquetamente)
Alherí: ( Se agacha y como si acariciara la cabeza de un par de niños, hace pucheros con la boca como molestándose, luego da besitos al aire, dirigiéndose a ellos, aniñada) El cuco, el loco malo vienen por la noche, haz caso a tu mamá, ¿Ya?
Giocondo: ( Se ha quedado dubitativo por lo que acaba de oir, luego reacciona) Jajá jajá bien maricona te veo. Te juro que yo me metía dentro de mi caparazón. (Se contorsiona como si se metiera dentro del aire)… En mi jaula… Métete a tu jaula! Jajaja (Estruendosamente)
Alherí:…. La jaula…. (Como si la trajese de vuelta con el recuerdo)… Piu ,piu, piu, piu… (rápidamente, como si quisiera traer a la vida unos pajarillos fantasmas)… Muy bien lo recuerdo, nunca se me fue y siempre oigo el piar, piu, piu, piu… (Se va apagando)… Desde lo lejano del tiempo, bien dentro de la sangre que da vida a mi corazón.
Giocondo: (Molestándose, agitando la cabeza) … Oye, pero no seas zonzita pues,… Si lo eres, es porque lo eres y te sienta bien. ¡Entiéndeme!.. Era Año Nuevo, la playa lleno de tíos con sombreritos de cucurucho, serpentina en el cuello hasta la asfixia, agggggggg ( Arrugando nariz y boca en un gesto único)…. Pero los chiquillos corriendo desprevenidos por la orilla y los más aventaditos y aventajaditos porque siempre coinciden en eso, alejándose, alejándose, subiendo, yendo entre los cerros…. Y cuando sólo la noche es…. las estrellas… Ummmmm… Ver las estrellas… Me hacen ver las estrellas…Lejos de to-dos to-dos, ¿Lo entiendes? ( Ha pasado de la ensoñación al enojo)
Alherí: ¡Porqué, porqué! ¡Dime porqué! (Golpea al aire y quiere llorar) ¡Cómo dejaste que muriesen sin comer 3 días, piu, piu, piu! (Lo dice hasta casi hacer inaudible el llamado, agachándose y como prestando atención a los pajarillos que imagina)… Sin nada que comer, sólo el aire y el recuerdo de la mano que alimenta… (Extiende la mano,con la palma ampliamente abierta y la va bajando lánguidamente)
Giocondo: (Furiosamente, transformado): …Ay, babosita, más vale pájaro en mano que ciento enjaulado, y de los que andan volando ni hablar. ¿Aunque eran pajaritos, verdad? Pues tienes razón, debería haberles dado maicito hasta lograr que tomen BUEN cuerpo.
Alherí: Piu, Piu, Piu. (Abre su mano ,una y otra vez, de donde parecen corporizarse los pajarillos muertos, uno a uno los va echando al aire alborozadamente, carcajeando como una niña)
Giocondo: (Despectivo) Esta “coco seco”, ¡Imagínate tú!, haciendo volar los pájaros muertos. ¡Caramba!... Si yo revivo un pajarillo MUERTO lo hago mío… ¡Mío fue el poder de su resurrección!, ¿No? ¡Ahora me debe OBEDIENCIA .
Alherí: ¿Porqué no volamos lejos de aquí?... Ya no somos libres como los niños (Se entristece)… Pero tenemos la libertad que nos ofrece el aire… ¡Es palpable! (Cierra los ojos y pretende asir el vacío con ambas manos)
Giocondo: El aire de fingida que tienes, amiga. ¡Pisa fuerte, pisa fuerte sobre tierra! (Hace sonar sus tacos en el piso)
Alherí: Jijijiji, recuerdo muy clarísimo que te dio aire en el cuello y se te torció. Ven, chiquito mío. (Se inclina y frota a un niño imaginario) Ya, ya, ya, no llores, ya pasará, viene, viene la ranita por el camino, papá rano la riñó, no hay más verdad que la charca aunque tus saltitos se dirijan hacia el Sol. ¡No croes!, no, no, croac, croac, cruic, cruic. (Va croando descendentemente hasta cerrar los ojos y mecer al niño imaginario con ternura sobre su regazo) ¡Una libélula de almuerzo, dos arañitas de aperitivo! (Como ordenando).
Giocondo: Los cuellos son tema aparte, los hay correctos, torcidos y disparados (Grafica con grandilocuentes movimientos de cabeza)
Entonces, Alherí realiza movimientos con una mano, subiéndola por un cuello imaginario, acaricia un rostro y entonces ladea el suyo como si fuese a besar los labios de alguien. Giocondo, mientras tanto, cierra los ojos como si sintiera esa mano y lentamente va acercándose a Alherí, y sigue los movimientos de cabeza que ésta realiza con intensidad, mientas más intensos más es la aproximación, hasta casi llegar al beso imaginario pues no han llegado a encontrarse.
Giocondo: (Sacudiéndose con verdadera violencia, como liberándose de un sueño muy pesado) Agggggggg. (Limpiándose la boca con verdadero asco) ¡Qué fue, qué fue!

Giocondo termina con las piernas abiertas hombrunamente, uno de los brazos colgándole al costado como sin vida; mientras Alherí ha terminado en el suelo, ahora está muy agitada, sudorosa y acezando
Giocondo:¡Hey hey!, sí que te desbandaste, ah flaquita… si que te trajeron los huracanes, ¡que tal conmoción!
Alherí: Huracanes en mi pelo, en tus ojos… (Se corta, perdiéndose, recobrándose)…Yo he venido a encontrarte… He venido, he venido (Rápidamente)… De muy lejos...( Se apaga, suspira con nostalgia)
Giocondo: Ok cariño, gracias por habérmelo dicho, pero si de taannnnnnn lejos has venido, por allí mismo tendrás que irte, harto conocido debe ser tu camino. ¡Por que lo que es yo...(Golpeándose el pecho con el índice)…Estoy muuuuuuuy desubicado, ¡ya sabes!
Alherí: Tu desubicación conlleva un aliento para ir enmadejando nuestro hilo, recuperando todos aquellos caminos olvidados, para ir recuperando nuestras huellas de sobre las arenas, como cuando yo pisaba las tuyas solo por sentir su calor… sin que lo supieras.
Giocondo: ¡Flaquita cuanto has aprendido, ah! ¡Claro que sí, los pies son tan o más sensibles que el pajarillo!.... Ni yo misma me creo diciendo “pajarillo”. (Hablando consigo)… ¡Pero conste que tú lo pusiste en mi boca! ( Advirtiendo)…. ¡Qué, qué, qué! (Se da un manotazo en toda la boca)…¡ No me pongas nada en la boca!... (Se acomoda la falda, ganando compostura)…Bueno, un chibolo me dijo alguna vez que los pies bien estimulados son como otra pinga más… Disculpe, Señorita, si esa es una palabra que no cabe en sus diccionarios. (Se lo dice con verdadera condescendencia)… ¡Imagínese que se invirtieron las posiciones, así de simple y en mi mismísima cama!... Yo a la altura de sus mismísimos pies, para dislocarlos con mi lengüita…. ¡Como toda la vida, yo reinando!
Alherí: Tus pies enormes formando siluetas en la playa de Punta Sal, a cada paso abrías la arena, desvirgándola. (Con actitud de una repentina madurez, con movimientos muy sensuales)
Giocondo: Agggggggggg… ¡Very good!... ¡Esto ya me colmó, creo!..¡Qué tal despistada, cariño, ah!... Ya no es bueno para mis buenos augurios mentales… ¡No, no, no!
Alherí: Y después no sabía a donde, a donde ir, si con la espuma que se adhiere en las orillas, mientras el agua ya no existe, como el alma que deja, deja y se aleja en el mar, o ir entre estrechísimas gargantas entre los cerros sobre los que relumbran, relumbran deformados, encendidos esqueletos de arbustos recalentados, poniéndose el Sol. Adentrándome, dejándome llevar por entre esta tierra que me desconoce, en el enceguecimiento como consecuencia de la visión del gallinazo relumbrando, planeando, haciendo cortes intempestivos del aire, del cielo, del oxígeno que necesitamos respirar ambos. (Planea con brazos abiertos, con movimientos rápidos y cortantes).
Giocondo: ¿Whattttttttttttttttttttttttttttttt??? Enloqueció la virgencita. Eso es acumulación de líquidos. ¡Ay, éstas! (Dándole plenamente la espalda, inclinándose en una de sus piernas, tamborilea el piso, enfadado).
Alherí: Y tú y tú, tu voz que no suena, no hace eco en esas gargantas desconocidas… Y no hay cuando tu voz desde muy lejos mencione mi nombre, desde donde te quedaste… aunque sea sólo unas consonantes, como algo árido, desesperado y volver, volver los ojos y tu sonrisa, tus corales en la boca boca, al ser ofrecidos en este este pleno desconocimiento.
De pronto vuelvo impulsada por mi soledad. Y despierto dulcemente sobre la línea turquesa del límite marino, la arena que aún te contiene, tu espalda desnuda como nuestra historia que aún no nace. Y de nuevo eres el inicio… Es el sueño pleno… ¡Si aún eres el inicio de todo, no hay nada, no hay nada!
Giocondo: ¡Uuyyyyy, no!...Este corazoncito está acelerado de fiebre… fiebre de cojudita en tooooooooodo el cerebro. (La mira con verdadero desdén)
De pronto Giocondo se siente imantado, Alherí lo ha arrastrado dentro de un espacio vedado para todos, menos para ellos dos. Ella acaricia el aire desmedidamente, devotamente trata de nuevo de aprehender el vacío, desordenadamente besa la inexistencia….se sobreexcita…se sofoca…y Giocondo todo lo percibe como si fuese ofrecido para él todo este movimiento sin razón. Se le ve por momentos que hace pucheros y escupe, como tratando de zafarse de una fuerza descomunal, hasta que acaban los dos tirados a ras del suelo, acezando y como despertados de un sueño extraño.
Giocondo:¡Uuyyyyy, No! Esto se pone f-e-ì-s-i-m-o. Amor, amor (La coge de un brazo, violentándola)… Será mejor que te vayas por donde nunca debiste venir, ya tuve mucho de calenturas y de bobadas de aguantadita.
Alherí: Suéltame, puta. (Trata de zafarse)… Devuélvemelo, devuélvemelo… (Implorando, aumentando aún el forcejeo en el que lidian ambos)… Devuélveme a mi niño… a mi soldadito de las bancas melancólicas.
Giocondo: ¡Lárgate de aquí, chiquilla de mierda! (Intentando arrastrarla fuera del escenario.)
Alherí ha logrado soltarse de la presión que se ejercía sobre ella y ha dado un puntapié fulminantemente en los testículos de Giocondo.
Alherí: ¡Ya ves, ya ves!, ¡Allí lo tienes, allí lo tienes! ¡Es por eso que duele, duele, duele! (Lo dice feliz y cantando)
Giocondo está retorcido de dolor y Alherí se le aproxima, lo patea y abofetea duramente,….luego se aparta como reaccionando y parece reconocer muy en el fondo de lo que ve a un ser lejano, entonces se le acerca , lo acaricia y lo besa en la boca profundamente.
Giocondo: (Después de toda la fuerza empleada con sus dos brazos para arrojar lejos de sí a Alherí) ¡Arrechita inmunda, frustración de chiquillos voladores de cometas, tembladera para los jugadores de dados, maldición para los ahorcadores nocturnos!... ¡Eres, en consecuencia, el alimento para que todos ellos vengan derechito hacia mí, hacia mí!... Con sus cinco dedos de furia jubilados...( Se los quiere imponer en todo el rostro)… La lanza apuntalando... ( Hace un movimiento de palanca con uno de sus brazos, que asciende hacia su pecho con velocidad).
Mientras, Alherí ha ido desvaneciéndose hasta casi desaparecer en el piso. Giocondo ha salido del escenario y ha regresado prestamente, dando un sonoro silbido le ha lanzado un frasco de somníferos que ella ha empalmado con asombrosa precisión.
Alherí: (Recobrando la vida, lento y apagado)… Érase una vez dos niños de mirada perdida…sobre una hormiga… (Abre con sumo cuidado el frasco) ...muy, muy cercanos en el tiempo... (Saca las tabletas y las mastica de montón en montón, su voz se va haciendo deforme)…. Un caballito… caba… aba...to…to tttttttttttttttttt……oooooooooooooo (Se desploma).

TELÓN



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