Acto II, Escena I. Sensiblemente Sebitas




Acto II
Escena I
Sensiblemente Sebitas
Personaje: Sebitas.
Aparece Sebitas vestido en pantalones cortos y apretujados, de los llamados “bóxer”, y flexiona los brazos hacia los costados, y mira las protuberancias que éstos forman, como sopesándolas
Sebitas: ¡Qué fuerza, ah! Qué fuertes! (Los dobla con teatralidad y con más rudeza de la que parece tener, arrugando la nariz y gimiendo fuertemente)
¡Demora, demora nada más y verás! (Hablándole a cada uno de sus brazos aún flexionados, entonces languidece de a pocos y se vuelve un niñito abandonado, y patea muy despacio con una de las puntas de su pie el suelo, apagado)
Pucha, ¡ya no va a hacerse, ya no se hará! Ya he crecido y ya fue, pues.
Mirándose hacia el pene: Y pensar que en un momento solíamos crecer palmo a palmo.
¡Vamos, vamos, arriba, arriba! (Cierra uno de los puños y lo agita alentándose con él, como lanzando vivas en un estadio)
¡Uy no! ¡Qué desesperación! (Se muerde los labios, conmocionándose y suda, corre de un lugar a otro por cortos intervalos, medio llorando. Entonces se sienta en el suelo. Con la cabeza gacha. Luce acabado)
¡Qué hago, qué hago! ¡Fuerza, sebitas, fuerza! ¡No llores! (Con la voz entrecortada y acuosa)
¡Up, up, up! ¡Eres todo un hombrecito, carajo! (Se alienta con sonidos rápidos, como si fuese una persona distinta que se da órdenes para sí. Se pone de pie. Se seca las lágrimas con el reverso de las manos)
¡Ya está, a la mierda la vida!
Mira a su pene como desmereciéndolo: ¡Cómo te me envalentonas! ¡Ya te quiero, ya te quiero ver! ¡Allí no me vayas a venir con que te me tuerces y te acobardas!
¡Allí te quiero ver, so huevón! (Grita a su pene, salta como afirmando el suelo que golpea, entonces queda contemplativo, se sienta de nuevo en el suelo, cruzando las piernas)
Habla consigo, asintiendo: Pero si no existe uno tan grande que no se haya perdido dentro de una conchita. ¿Conchita? Jajajajajá, si todas se ensanchan, son unas almejitas, claro, para que el pescadito les muerda la carnada y después se lo tragan todo, ¡pobre pescadito, queda bizco! Jajajajaja. ¡O sea que por allí, tranquilo, brother! No hay uno tan grande que abarque toditito y no le sobre espacio a la gran almeja.
¿Y si se te antoja darle por el culito? Entonces no te va a convenir ser un king kong o un godzilla (Habla rápidamente)… Para penetrar la cueva más cerrada que se haya encontrado en lugar alguno (Lentamente, abriendo mucho los ojos)…. ¡Imagínate!, ¡Allí sí que la haces, Sebitas! Tu penetración: un cariñito, una cosa de niños, como que no se quiere la cosa, pero al final dentro del culito como un gran pendejo, arrechito aprincesado de las cuevas. ¡Biennnnnnnnn, Sebas, el auscultador de esquivas profundidades! ¡Desde ahora hacia ellas! (Hace como si se zambullera estirando las dos manos plegadas hacia delante) Jajajajajaja (Ríe con demencia)
¿Y si se trata de golpear los otros labios, la viborita que es la lengua contorneándose? (Agita la punta de su lengua, velozmente fuera de la boca)… ¿Los dientes recogidos? (Hace una “O” con los labios) Con los ojos saltones, siempre aleccionándose: ¡Allí más vale un dedo más delgado que el dedo! ¡Porque si más al fondo entra, más abundante será lo que sale: alacranes, pelos, pantanos, buitres, manjares antiguos y ya engullidos! (Se mete profundamente un dedo a la boca, provocándole arcadas, se dobla sobre sí) Jajajajaajá, otro triunfo para ti (Sin apartar la mirada de su miembro se incorpora, salta en dos pies y aplaude felicísimo)
Se queda mirando el vacío, en silencio, luego reacciona y se mueve otra vez, nerviosamente, como haciendo berrinche, yendo de un lado a otro, con correrías entrecortadas y queriendo llorar.
Rápidamente como poseído por algo descomunal, iluminado:
Corto,inmenso, blando, duro, intenso, de grosor, torcido, delgado. ¿Porque va a importar el cuerpo cuando los que vencen son los deseos y el arte empleado? Para sí: ¿Qué hablas, ah? Si la intención no es nada, sólo es como el aire; ¿Con qué triunfo sino tengo carne? ¡Pues no hay más mentira más grande cuando uno ha nacido corto!
Golpeándose la cabeza, a mano abierta, para hacerse reaccionar: Pero como lo dijo Giocondo, mientras más grande es lo que das, se hace más hondo. ¿Y si es más estrecho?, entonces: lo dejas maltrecho; ¿Y si lo entregas a la saliva, a la lengua y al movimiento? ¡Que aburrimiento que acaba en atoro y posterior vómito! (Va silenciándose, yendo de un lado a otro, de derecha a izquierda, como acorralado)
Reaccionando: No hay nada tan grande que no sea derribado, absorbido, empequeñecido. Pero es la mismísima contradicción: ansiamos tenerlas bien grandes, y así hacerla de lo lindo. Pero allí mismo…pummmm (Golpea uno de sus puños contra una de las palmas de su mano) Amplía bien los ojos como asustado: … La gran concha, como un mar revuelto, tormentas, huracanes, aguas y más aguas…. Y luego calmadamente y con voz de ensueño: suavidad, quietud, caricia de la brisa.
Pero de nuevo está allí presente en nuestras cortas vidas, para una vez más revolverlo todo, amenazar la estabilidad de nuestro vuelo, pobre pájaro muerto que caes derribado en sus orillas. (Se apaga, dejando caer la cabeza sobre el pecho y con ambos brazos colgados, quedándose anulado)
Súbitamente y triunfal: Tomaré venganza con mi propia mano, no hay nada mejor que dirigir la furia con la propia fuerza calculada en cada ataque, con la amplitud y el acorralamiento necesarios para el dominio. (Abre y cierra su mano sobre un objeto invisible con los ojos desorbitados) El dominio del apretón que le doy y de la caricia que le hace falta. (Se apagan las luces y gime muy despacio, se agita calmadamente, con decisión, complacidamente, feliz, da un gemido largo y extasiado y entonces silencio total)

Todos los derechos reservados, escribir al autor: tlonborgiano@yahoo.com